Con
pequeña crisis. Algo de los viejos tiempos volvió. No lo mejor. Aunque pienso
que “todo tiempo pasado fue peor”, en mi vida siempre fue así. No importa que
tan mal vayan las cosas, siempre estoy un poquito mejor que ayer. Pero este
pequeño retroceso me preocupa. Espero superarlo con éxito. Hay que vivir con
todo el bagaje que llevo encima. A veces creo que nadie ve la vida de la misma
manera que yo la veo. Aunque en realidad, nadie ve la vida de la misma manera
que otro, pero si parecido. Por eso debe ser que me siento tan sola en
ocasiones, porque mi forma de ver las cosas es tan particular, que no encajo en
ningún lado. Y para colmo de males, todos mis quilombos mentales se suman a esa
rareza natural mía.
El otro día leí una frase que me llamó la
atención: “Aunque supiese que el mundo se acabara mañana, igual plantaría mi
manzano”. Es un canto a la esperanza (más allá de todas estas cuestiones que se
han hablado sobre el fin del mundo y demás), la frase transmite paz y una clave
de cómo la vida debe ser vivida; como debe ser disfrutada. Qué importa si el
mundo se acaba mañana, aún quedan 24 horas para ver crecer el manzano. Y ese
tiempo puede hacer la diferencia en la vida de cualquiera. Un momento de paz,
un momento de felicidad, un instante maravilloso, pueden hacer la razón de ser
de una vida entera.
PD: No es casual haber elegido un lugar abandonado hace rato para escribir sobre retrocesos...