viernes, 8 de enero de 2010

No entiendo a la gente

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A ver: No es que no entienda a tooooda la gente. Es que a veces no entiendo a parte de la gente, todo el tiempo; o a parte de la gente parte del tiempo; o a una persona o dos toda la vida (o quizá 3 o 4).

Una de las cosas que más me saca de quicio es que oculten boludeces.

Hay cosas que se consideraría lógico (aunque no siempre decente) que se oculten, como por ejemplo, un crimen. O sea, no es bueno para la sociedad, pero es bastante entendible la razón por la que alguien oculte algo así. Otros ejemplos (“legales”) serían, el haberse hecho una cirugía estética, no haber aprobado una materia en el colegio/facultad, algún hijo extramatrimonial, un amante, etc.
Todas son cosas que se podrían considerar “entendibles” (Aclaración: no estoy de acuerdo con el crimen y menos el organizado).
Ahora: ¿Por qué razón alguien escondería que se le rompió un vaso (obviamente estoy hablando de personas adultas), o que se hizo de facebook pero sólo lo saben algunos y otros no? O que se peina con gomina (devenido en gel).
La razón es que la gente es estúpida.
Hay cosas privadas, que sólo conoce quien lo realiza. Como llevar un diario íntimo, empezar a bañarse primero por los pies, y cosas como esas que no tiene ningún sentido andar divulgándolas.
Pero lo que no entiendo es cuando se comparte cierta información con algunas personas y con otras no. Corriendo el “riesgo” que aquellos que no lo saben se enteren a través de quien sí lo sabe. Y cuando sucede esto tratar igualmente de seguir ocultándolo como sea. Incluso recurriendo a mentiras mas estúpidas que el objeto de controversia.
A estas personas no las entiendo.

Otra de las cosas que me jode muuuucho es cuando entienden mal y se conforman.

Pepito quizá este hablando del clima y comentando que en Europa la estación primaveral sucede cuando aquí es otoño porque la latitud y la longitud y la posición respecto al sol, etc.
El interlocutor sin haber entendido correctamente cree lo siguiente: “Pepito se quiere ir a vivir a Europa porque el clima es mejor allá” Pero, y hete aquí el meollo de la cuestión, no expresa esto en voz alta. Excepto cuando se lo cuenta a los amigos de Pepito quienes azorados comienzan a llenarle la casilla de mails y a atosigarlo con comentarios sobre el clima en Europa y lo bien que hace en irse. A todo esto Pepito no entiende nada, pero tiene que salir como en conferencia de prensa a desmentir los rumores.
En estos casos: ¿No sería mejor preguntar? ¿Corroborar que lo que se pensó corresponde con exactitud a lo que se escucho y no a lo que se quiso escuchar?

Otro ejemplo más cotidiano sería:
A: Me molestó lo que dijiste.
B: (Seguro que fue lo de que le quedaba fea la camisa) Ah si lo que pasó es que la camisa tiene esas rayas coloradas y amarillas no te sienta con el color de tu piel.
A: ¿?
B: Disculpame yo a veces digo las cosas así de golpe y no me fijo que te puede caer mal, yo sé que la camisa te gusta mucho, pero: ¿Por qué no la tiras a la basura?
A: ¿¿¿¿¿???????
B: Si no se la podemos poner a Bobby para que duerma.
A: ¿¿¿¿¿¿¿¿¿”$#$/@#$%?????????
B: ¿Me disculpas?

A esta gente no la entiendo.

Y podría agregar otras muchas cosas que no entiendo de la gente pero quedará para otra oportunidad…

Au revoir!

PD: Ese tipo de gente no se me acerque por favor!
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lunes, 4 de enero de 2010

Fumando espero

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“¿Por qué fumo? Fumo porque te quiero, y en el humo te veo. Y por miedo a perderte, fumaré hasta mi muerte”.

Desde hace un tiempo me siento una paria. Desde que se proscribió el cigarrillo en bares, restaurantes, boliches, etc. (Por lo menos en la legislación santafecina, disculpen mi ignorancia sobre otras legislaciones).

No voy a entrar en el detalle de que fumar es perjudicial para la salud, que te destruye los pulmones y que puede causar desde bronquitis crónica hasta cáncer, pasando por enfisema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Tampoco voy a mencionar que “ayuda” a provocar otros padecimientos como obstrucción de las arterias, insuficiencia cardiaca, infarto, angina de pecho. Y coadyuva a otras “menores” como engrosamiento de la sangre (por la hiperproducción de glóbulos rojos), hipertensión arterial, etc., etc., etc.
Pero, como dije, no voy a entrar en detalles.
Peeeeeeeeero más allá de todo esto, fumo. No se si mi fumata se puede calificar de “como un camionero”, pero tampoco de “fumadora social”.
O sea, tengo la adicción o el vicio, o como le quieran llamar.

Hace algunos años el fumar se consideraba malo, obviamente, pero no se perseguía a la gente que solía tener esta costumbre.
Uno podía fumar libremente en bares, restaurantes y demás sin que a uno lo consideraran una especie de “bicho raro”, o inadaptado social.

Me ha pasado sentirme discriminada por el hecho de tener que aguantarme un día de lluvia, afuera de un bar, con el pitillo en la mano y en pleno invierno. Realmente no es una situación agradable.

En un momento se había planteado la idea de permitir bares para fumadores, cosa que nunca se aprobó.

Ahora, estando proscriptos debemos refugiarnos en casas particulares, plazas y cualquier otro sitio que esté al aire libre, cosa que no es problema en un día templado (los menos). La regla es:
- día frío, por lo que hay que refugiarse en un lugar cerrado y solo el o los que fuman se joden.
- día de lluvia, ídem.
- día de calor, ídem.
- día lindo pero con un poquito de viento, ídem.

Conclusión: Los fumadores siempre nos jodemos (No sólo por tener que aislarnos para fumar, sino también por el solo y simple hecho de fumar. Definitivamente no tiene muchas ventajas el hacerlo. ¿Dije “no muchas”? Perdón corrijo: Ninguna.)


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