¿Y las pascuas para cuando?

Jesús resucitó en este día ("ahh qué novedad" dirá mi alter ego)

Siempre tomé las fiestas como algo insulso y carente de sentido. Tanto Navidad como Año Nuevo son cosas de las que no suelo poder escapar dignamente, por lo que no me queda otra que "festejarlas", si es que hay algo para festejar.
Cada año consecutivamente presenciamos y coadyuvamos al mismo ritual de: comprar todo lo que aparece en el supermercado con dos meses de anticipación; que no sirven absolutamente para nada, excepto para llenar el vacío que sentimos, y vaciar nuestros bolsillos.

Pero no es ésto exáctamente de lo que quiero hablar.

-(¿ah no?) 
-chist! ¡Silencio!

La Pascua tiene otro significado diferente, ya no es tan avasallador el aspecto consumista; más allá de un par de huevos que uno pueda regalar por ahí, o que uno se junte con la familia a comer. Para mi escueto entender esta fecha se celebra por la alegría que nos da que Jesús haya resucitado (se supone que nos alegramos).
Pero hete aquí el punto: la analogía.
En la vida de todas las personas hay incovenientes, nacemos, crecemos, nos convertimos en adultos (ahí viene todo el quilombo) y luego, sé por experiencia ajena,  morimos.
Pero la vida no tiene una sola muerte, tiene varias, (por qué) porque vamos dejando otros "yo" en el camino.

-(¿¿¿¿¿¿??????)

-No, mi alter ego, no es que nacemos y morimos varias veces (bueno en la religión budista si).

Sino que son etapas de la vida en donde vamos cambiando nuestra "piel". Y dejamos pedazos de nosotros mismos. Perdemos cosas para ganar otras, dejamos parte de nuestro "yo", y lo reconstruímos luego con pedazos de "yoes" de quienes tienen la suerte (¿?) de compartir nuestra vida.

Es la evolución.

Así es como crecemos y nos convertimos en otras personas.
¿Nunca le pasó de encontrarse con alguien luego de diez años y sentir que ya no había nada de aquél/la que había conocido?

-(No)

-No se lo pregunté a usted, se lo pregunto a los lectores caramba ¡Deje de meterse!

-(¿Y la analogía?)

-Uf!

La analogía está en que nuestro camino en la vida se parece mucho al Via Crucis. Cada etapa está intimamente relacionada con esto. En cada etapa tenemos que sortear escoyos y vueltas de la vida, que nos hacen sufrir, nos cuestan nuestros dolores de cabeza, pero que luego, con todo el desgaste que significa en nuestras personas, resolvemos y salimos airosos de la cuestión.
Aprendemos, sí claro que aprendemos.
Aprendemos a no tropezar dos veces con la misma piedra (o con la misma cruz), aprendemos a solucionar conflictos parecidos con mayor rapidez (lo que se llama experiencia ¿vio?).
Pero la consecuencia de todo esto es que nunca volvemos a ser los mismos. Y no hace falta que sea traumático, ni algo terrible que pueda sucedernos. Simplemente nos midifica.
No podemos ser los mismos nunca, como decía Heráclito: "Nunca nos bañamos dos veces en la misma agua"
Porque todo cambia y sigue su rumbo, y pasan por nuestro lado los cachetazos que nos van moldeando, hasta que seamos lo que somos hoy. Pero mañana no seremos los mismos.

-(Y si, por eso la pregunta ¿Y las pascuas para cuando? A mí todavía no me llegaron)
-Cállese, hágame el favor, puede ser que siempre se meta en lo que no le importa?
-(Claro que me importa soy tu alter ego!)
-¡Y no me tutee!


Au revoir!


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